martes, 26 de marzo de 2013

LA PASCUA

Ya se anuncia.....¿la Pascua? pues no, el mal tiempo.

¿Han observado como siempre, siempre en Pascua llueve? Estoy tentada de entrar en la Facultad de Matemáticas, acabar la carrera de Exactas, especializarme en Meteorología y dedicar el resto de mi vida a estudiar el porqué del mal tiempo en vacaciones de Pascua.
A ver, si las vacaciones de Semana Santa tienen lugar el primer viernes de luna llena de primavera...¿por qué cuando ese primer viernes cae a finales de abril hace un tiempo (weather para los british) british de mierda?....¿por qué cuando cae a mitad de marzo (justo después de Fallas, con la intención de dejarnos sin puentes in eternum) también hace un tiempo de mierda? Pues porque tienen- ¿quien?- la intención de que los pobres mortales que todavía gozan de la suerte infinita de tener un trabajo no puedan disfrutar de sus merecidas vacaciones y los que estamos rascándonos la nariz en casa o en el Corte Inglés gastando lo que no tenemos, tampoco podamos disfrutar de los amigos, el solecito y el calor añorado. 
Todo partió de un tío de la Edad Media - de la más oscura- que se llamaba Dionisio el Exiguo...o el bajito coloquialmente, que por orden del Papa se puso a la ardua tarea de averiguar la fecha del nacimiento y muerte de Cristo para así crear un calendario cristiano.
El Dioni Exiguo
 Pues bien, atinó de lleno con la Pascua... estableció una serie de fechas muy complicadas- que una es de letras y pese a estudiado, por orden paterna, Matemáticas especiales en COU sigue sin saber dividir con dos cifras en el divisor- para fijar el nacimiento y luego la muerte de modo que la Pascua depende del domingo de Resurrección y de acuerdo a esta regla, el Domingo de Pascua es el primer domingo que ocurre después de la primera luna llena (o más precisamente después del décimo cuarto día de la luna) siguiente al 21 de marzo. Como resultado, el día de Pascua más temprano posible ocurrirá el 22 de marzo, y el más tardío, el 25 de abril (por si tienen verdadera ansia erudita no tienen más que pinchar y aguantar el tratado...Controversia Pascual)
Observen el lapso de tiempo....la más cercana en plenas Fallas la más lejana casi el 1º de mayo....¿alguien se puede creer que haga el mismo tiempo- weather- en fallas que en mayo con la cursi primavera atacando a los asmáticos en todo su esplendor....pues si!! les garantizo que como ese año la Pascua caiga el mismísimo 25 de abril ¡¡¡lloverá, nevará o hará un viento de suicidio!!! además de un frío espantoso que nos obligará a sacar la mantas de la Benetextil y cubrirnos con ellas pese a que son "el papel mojado de las mantas" (algún día les contaré el porqué a los que no conocen la historia). 
 
Caseta del Senyoret

No podremos hacer la super paella en la Caseta del Senyoret porque el viento huracanado - juro por arturo que un año un mini-tornado arrancó un pino de cuajo- nos impedirá sostener los cutres platos de plástico que hemos adoptado después de la rebelión de las ilustres -que lo somos- fregonas, los vasos volarán por la campiña y a mi se me llenarán de tierra las lentillas con la consiguiente llorera y corrida de rimmel. 

L'Herberet
El frío nos impedirá disfrutar de la mutua compañía- aunque no nos impedirá acabar con los treinta y cinco litros de cerveza y diez de vino habituales- y para combatirlo nos veremos obligados a terminar con la garrafa de Herbero que nos llevamos siempre por si las moscas nieva.
Y ya veremos si podemos ayudar al pobre Chente a cocinar, porque con tanto frío no habrá otro remedio que sentarse junto al fuego metidos en los abrigos y aguantando l'helor....
 Pese a todo, con más capas que una cebolla cubriendo nuestros orondos cuerpos, disfrutaremos de la estupenda paella- o no tanto- aproximadamente a las cuatro y media de la tarde.




Por la experiencia pasada he llegado a la conclusión que infernal tiempo- weather-  de Pascua está muy calculado por las mentes pensantes que nos dominan y manejan ¿?....Ya desde la más tierna infancia vengo sufriendo los avatares del desastre climatológico que nos espera.
Llegabas al Perelló más feliz que una perdiz con la sana intención de ponerte como un Conguito en interminables horas de playa y acababas jugando todas las puñeteras mañanas y tardes al horrible Monopoly o al aburrido parchís sin ver el sol en siete días y ¡oh casualidad! el día que te ibas a Valencia a sufrir a las monjas, amanecía con un sol de justicia...ya me dirán que no está todo calculado y decidido. La cuestión es fastidiarte las vacaciones y obligarte a una suerte de convivencia intensiva con los amigos -desayuno, comida, merienda y cena- que lleva todas las trazas de acabar como el Gran Hermano 20, o sea, como el Rosario de la Aurora con tanta convivencia forzada entre cuatro paredes.
Pero como el cariño y la educación de las monjas y los curas hacen mucho, nunca llega la sangre al río y todos felices como perdices disfrutamos de las merecidas vacaciones (yo, francamente no se de qué vaciono, pero en fin) bebemos cerveza, comemos montaditos y nos echamos unas risas- muchas- que siempre animan el espíritu- tan jodido últimamente- y por supuesto unas interminables partidas de Continental en las que te tienen que sujetar para no matar a la pelma de Marta....un mus- algo más intelectual- y un pádel light bajo los copos de nieve o la lluvia calabobos de lo más estimulante.
 Y así acaba la Pascua. Luego llega San Vicente para los locales ¡con un sol de justicia! y cuatro gatos en la Caseta comiendo migas- uf, que coñazo hacerlas-  y sin la compañía de los pobres capitalinos que a esas horas estarán currando.

PD: si alguien tiene una teoría de porqué en las Pascuas hace siempre un tiempo asqueroso que la exponga que me dedicaré a estudiarla con fruición.
¡Que disfruten! y no se olviden del abrigo y el paraguas.


martes, 5 de marzo de 2013

QUE TREINTA AÑOS NO ES NADA

                                         ¡que treinta años no es nada!


Hoy hace treinta años.
Muchos o pocos, según se mire.
Aquel tío simpático, socarrón y puñetero se casaba
Con sólo veinticuatro años- algo impensable hoy día- decidió dar el paso más importante de su vida y unirse a una mujer sensata, guapa y algo tímida que le tenía sorbido el seso y había conseguido arrobarle y ponerle los pies en la tierra.
Se casaban mis hermanos- porque a estas alturas de la vida ambos lo son, que no sólo la sangre lo determina- enamorados como dos becerros, ilusionados y dispuestos a afrontar lo que la vida quisiera depararles.
Mariam
Y todos nos embarcamos de un modo u otro en aquel proyecto de vida, porque Mariam pasó a ser parte de nuestra familia, una familia bien avenida aunque acostumbrada a los gritos, puñeterías de unos a otros y algo más movida y escandalosa que la suya.
La ilusión por la boda nos embargaba a todos.
 A mi madre porque se casaba su primogénito -con una chica estupenda, oye- a mi padre porque por fin veía al nene sentar la cabeza con una chica sensata además de guapa, lista y empollona. A mí porque me lo quitaba de encima y ya no me haría más la puñeta y tendría el baño libre a la hora de irme a la Facultad, jeje. A Begoña porque ya no tendría al que la llamaba "morruda" todos los días sentado a la mesa para fastidiarla y a Guillermo porque se quedaba la habitación para él y podría poner la música que se le antojara. A Teteta, nuestra otra madre, porque "mi Ángel", el grande como ella le llama, se casaba con la Mária como le dice y su Ángel es su ojito derecho.
Nos hacíamos mayores, adultos y la boda de Ángel y Mariam fue el pistoletazo de salida hacia la nueva vida que nos esperaba a todos los veinteañeros de entonces.
Una vida en la que debíamos renunciar al "dolce far niente y convertirnos en adultos de verdad no sólo en aspecto físico.
Ellos fueron los primeros y nos iban a servir de ejemplo.
La casa un caos. 
Mamá se afanaba en enseñarle a bailar un vals que el muy patoso interpretaba con más voluntad que gracia. Begoña y yo emocionadas con nuestros vestidos de noche cual Cenicientas reconvertidas en princesas...y mientras Chiqui se mordía las uñas en los USA tratando de sacar el COU con el éxito que no había conseguido en el BUP (y vaya que lo sacó); el pobre no pudo venir. 
Dispuesto para el gran momento

Y todos con nuestras mejores galas nos dispusimos a dar el paso con ellos. 
¡Que guapos y jóvenes Willy y mamá! y yo que horrenda


Han pasado treinta años. 
 De alegrías. De novedades, tres novedades que nos abrieron un mundo nuevo. Tres chavales que le dieron a Mariam los peores momentos que un embarazo puede dar y que han sido la alegría de su vida. 
Es una madre estupenda, consentidora un rato, que vive por y para su familia y que con los años ha perdido aquella enfermiza timidez que la llevaba a sentarse en el sofá, sábado tras sábado, a ver la tele con Willy, cogida de la mano de su novio y con su preciosa melena tapándole la cara como si eso consiguiera hacerla invisible para los que allí estabamos. 
Ha habido buenas y malas épocas, pero nunca les faltó lo más importante. Dinero en muchas ocasiones, aunque también les sobró en otras; hubo momentos en que los problemas parecía que iban a superarles pero fueron ellos los que los superaron apoyándose el uno en el otro y en las familias. Momentos verdaderamente graves que han quedado olvidados como un mal sueño.
Ahora la vida les sonríe porque gracias a su tesón y a lo persistentes que han sido la fortuna les ha vuelto a dar la cara. 
 Treinta años que les han pasado como un soplo, en los que han aprendido a ser padres, a ser mejores hermanos, a ser los mejores hijos -que es lo que nos pasa cuando somos padres, porque es cuando realmente apreciamos lo que ellos hicieron por nosotros- que les han dado alegrías y penas y que las han vivido con todos los que les rodeamos. 
Y esto es solo el comienzo.
 


   



 PD: No perdí la esperanza de que mi Santo pudiera venir. Pero no pudo ser. Se quedó arrestado en banderas por haber salido del cuartel a examinarse de Derecho Financiero. ¡Capitán Pina nunca olvidaré tu nombre!