lunes, 11 de julio de 2011

¿CÓMO LE FUE POR SAN FERMÍN? Pregunta de Herrera en la Onda

 



Como ya les conté en otra ocasión, mi rutina habitual comienza sobre las 7'30 subida al potro de tortura y escuchando al amor platónico de mi vida, el Herrera -¡Carlos, que ya se que estás en el mercado!- mientras mi churri, muy voluntarioso él, prepara el desayuno de toda la familia...(no vayan a pensar que somos como "Con ocho basta", somos tres y va que arrea, pero no deja de tener su mérito).
 A estas horas el mes de julio tiene un encanto especial, ya que pese al calorazo asfixiante de esta húmeda ciudad que te impide dormir más allá de las siete, el encierro de los Sanfermines de Pamplona compensa la mala dormida. Ahí, cara a la tele, nos plantamos los tres con nuestro respectivo vaso y ¡a disfrutar!.....-hoy son de Cebada Gago...¡que peligro!, mira, mira ese imbécil que no tiene ni idea de correr como se la juega, hombre, nuestro amigo de la senyera....y el calvo de todos los años....joé hoy ha sido muy corto, que birria no ha pasado nada-- porque, no me mientan ¿a cuantos de ustedes les gustan los encierros limpios y sin al menos un pequeño incidente?, hombre! no les digo que pase algo gordo, pero como mínimo un volteo......y así hasta el último día en que acaba nuestro gozo y por fin casi comienza la vida virtual del veranito.

Pero no estoy aquí para contarles como transcurre nuestro particular asueto....en alguna ocasión ya hablé de ello y prometo volver por mis fueros, aunque no va a ser hoy....hoy contaré que pasó la primera y única vez que fui a los Sanfermines.....y respondo a la pregunta hecha por el Herrera esta mañana en la radio.
  Todo comenzó en un boda en Valencia.
Se casaba un conocido con una pamplonesa y aquí acudió gente de aquella bella ciudad. Entre ellos un conocido de la contrayente -cuyo nombre olvidé G a D- que, según nos hizo creer, iba acompañado por su novia.
  Como ya saben algunos de ustedes, si una está medio grillada a su madura edad, en aquellos años estaba como una regadera, además de ser impulsiva y bastante "echápalante". De modo que comentando con el gachó pamplonés que mis mejores amigos, mi churri -que entonces no era tal churri- y mi cuñado -que tampoco era cuñado aún-....sólo eran mis mejores amigos- tenían previsto acudir a la fiesta con una familia de carlistas de rancio abolengo navarro y yo me había quedado fuera de la excursión, me espetó -y, ¿por qué no te vienes con nosotros? te puedes quedar en casa de mi novia...¡joé que oportunidad! viaje gratis, estancia gratis y seguro que encuentro a mis amigos y lo pasamos en grande. Y ahí que me embarqué en la aventura sin saber lo que me esperaba...¡que error, que tremendo error!
 Nada más llegar a Pamplona, la supuesta novia hace mutis por el foro y no la vuelvo a ver. Aquel tipo me lleva de parranda por la ciudad, me enseña el maravilloso Casino, donde me colocan el consabido pañuelo rojo, vamos a cenar, a tomar caldos y así hasta la hora de dormir y es cuando vamos a su casa, enorme y llena de habitaciones con cunas y camas de niños, pero vacía de seres humanos...solos él y yo.
Como ya les conté en el anterior post, una que estaba muy loca pero que no es tonta, se olió la tostada al minuto....¡¡¡¡¡el cabronazo este está casado y tiene a la mujer y los niños de vacaciones y pretende llevarme al huerto y además la novia no era novia!!!!!...-por favor no abras las ventanas (todas las persianas bajadas a cal y canto), no cojas el teléfono, no abras la puerta....¡¡¡QUEEEE COGNO ES ESTO!!!!.
 Me espanté pero no tenía donde ir así que ni corta ni perezosa al día siguiente me eché a la calle- habiéndole preguntado previamente la dirección y obtenido un fundamental juego de llaves, el tío quizás por miedo a ser descubierto no intentó nada -les juro que me hubiera puesto a chillar como una desquiciada en el patio de la casa si me tira y me deja en la calle-  decidió no seguir insistiendo- y me dediqué a buscar a mis dos salvadores por toda la ciudad con el fin de mudarme con ellos.
 Les estoy hablando de la edad de piedra, cuando los móviles no estaban en el imaginario popular y la gente se comunicaba por tam-tam o por telepatía, y como yo no disponía ni de lo uno ni de lo otro, me dediqué a vagar por las calles de Pamplona metiéndome en cualquier charanga que encontraba y haciendo amigos aquí y allá.
 El que conoce la ciudad sabe que no es muy grande y que en aquellos tiempos había mucha gente pero no el mogollón de hoy día, pues ni aún así, recorriéndola de cabo a rabo pude encontrar a mis amigos.  Y como a la fuerza ahorcan encontré un estupendo grupo de chicas nosededonde- no me pregunten porque no me acuerdo ni como se llamaban ni de donde eran- que habían ligado con unos policías nacionales camuflados. Todo era chocante, eran los años duros del terrorismo pero el ambiente era sano y ni por un momento se me pasó por la cabeza que pudiera ocurrir algo por ir con ellos.
 Mientras yo iba de charanga en charanga, mis amigos iban cayendo como moscas por los efectos de los excesos, mi querido churri- como tantas veces le habrán oído contar- se partió la nariz al caer desde el taburete de un bar sobre la barra del suelo, si esos suelos tiñosos de los bares que tienen una barra bajo para apoyar los pies y no la nariz como hizo él...así como la de esta foto....¡imaginen el numerito!  churri sangrando como un cerdo en San Martín, muerto de risa y diciendo como hacía entonces a toda hora ¡NO PASSSA NADAAA!!!!  ¡¡¡Y SI PASSSAA SE LE SALUDA!!!! y como ya saben lo miedica que es, se negó a ir al hospital....hoy día su hermosa napia sigue torcida y de vez en cuando da un recital de ruido de cartílago poniéndola en su sitio  ¡¡¡¡me espanta!!!!

A mi querido amigo Juanote le tuvieron que acostar en varias ocasiones, de las que despertaba como nuevo- no olviden que tenía veintipocos- y ¡¡¡a la calle!!! menos mal que en aquella época los pamplonicas ya tenían sentido común y no dejaban entrar en el encierro a cualquier pirado como nosotros porque creo que no hubieramos sobrevivido.
No se cuantos de ustedes han estado en estas fiestas pero los que sí saben de que hablo...mi querida Nati es experta ¿no?...los toros dan un miedo que te cagas-con perdón de la expresión pero es la única adecuada- la gente anda despendolada y se parte de risa con nada.
Una de las tardes, echando la siesta en la Plaza del Castillo, que era lo que hacíamos todos los menores de treinta, comenzó a diluviar que ni que fuera el trópico. Al minuto los charcos formados podrían haber acogido a una manada de orcas, tal era su tamaño y profundidad...y en esto aparecen tres cachondos vestidos como si fueran a pescar el mismísimo "campanu" y parece que hasta lo consiguieron ..... 



Y como esto ya me está quedando muy largo me parece que voy a cortar no sin dejarles con una imagen del encierro, que por supuesto no corrí, porque aunque soy bastante bragada para todo, los toros me dan un miedo impresionante.....y sin dejar de dar un consejo a los que son padres de jóvenes inconscientes......¡¡pregunten siempre a sus hijos con quien se van a San Fermín!!! no sea que les pase como a mí.........