viernes, 21 de enero de 2011

LA SOPA DE AJO



















Desde pequeñita siempre me ha gustado mucho cocinar y eso lógicamente se debe a que siempre me ha gustado mucho comer, saludable y necesario hábito éste que, sin embargo, con el paso de los años y las dietas he perdido pues, malditas las ganas que te quedan de meterte en la cocina a prepararte uno de esos "comistrajos asquerosos" como les llama mi madre, que te enseñan los gurús del adelgazamiento y que lo único que consiguen es que aborrezcas la comida (debe ser esta la vía mágica que han encontrado para conseguir que perdamos los kilos y la sana costumbre de alimentarnos para regocijo de sus bolsillos).
Hago un inciso para reafirmarme en mi idea de que la vida sería más justa y fácil si todos vistiéramos una simple tela de saco y unas chanclas y no tuviéramos que estar siempre preocupados por mantener la línea y no la telefónica precisamente y continuo porque veo que estoy divagando (como si hablara de la empanadilla de Móstoles) y alejándome de lo que quería contar.

Pero a lo que iba, les digo que me gusta cocinar y realmente lo hago bastante bien, para solaz y disfrute de mi churri que durante años esperó ansioso los fines de semana para gozar de mi cocina.
Así que comencé a experimentar con él y conmigo misma las recetas que había ido aprendiendo a lo largo de mi prolongada y dura adolescencia y, feo está decirlo pero lo digo, las culminaba con notable éxito, éxito que se manifestaba entre otros extraños síntomas en que a mi churri le empezaban a aparecer unas perlitas de sudor justo debajo de los ojos ¡cosa más rara oiga! y a enrojecer como el mismísimo Príncipe Carlos ( no es tan feo ¿eh?) pero como yo le quiero mucho esas cosas no me afectaban lo más mínimo y sábado tras sábado continuamos ambos en nuestra tarea, yo de pensar que hacer, comprar, cocinar y él la de comérselo todo con notable deleite ¿a que a muchas les suena esto?.

De todas las recetas a la que le tiene mayor aprecio es a la de la sopa de ajo, comida racial donde las haya, tras ingerir la cual se requieren toneladas de ALMAX para no pasar a mejor vida.
La dichosa sopita, que sería la pesadilla de Mafalda, es racial cuando la hago yo, porque la original y humilde sopa lleva pan, aceite, agua y ajos y santas pascuas, pero como a los humanos nos puede la gula y porque no decirlo las cosas humildes nos suenan a poco, hemos decidido mejorarla y le añadimos, que si jamoncito que si choricito, que si el pan lo freímos en toneladas de aceite...en fin UNA BOMBA oigan, tanto que la menda lerenda decidió no comer ni cocinarla nunca jamás después de un hartazón o como decimos por aquí de "una farterá" un sábado que me dejó hecha un guiñapo.
 Y así mi churri lo pasó fatal durante años, tuvo hasta síndrome de abstinencia de sopa de ajo, la pidió con insistencia una vez tras otra, pero yo no claudiqué, hasta que un día en un ataque de inteligencia le digo...Si tanto te gusta ¿por qué no aprendes a hacerla y te la comes tu solito, ein?
Y ¡que has dicho! acto seguido se puso manos a la obra, ¿que se pone? ¿cómo se hace? ¿tenemos chorizo y jamón? ¿donde está esto y lo otro? a lo que yo con mi acostumbrado sarcasmo le contesté con  directas del tipo... si, el jamón que tu has comprado, el ajo lo guardo en la lavadora y el aceite en la bañera.....en fin lo típico de mujer harta...y muy bien enseñada en la ironía materna.

Tan buena la hizo que se vino arriba y el pasado megapuente decidió que tenía que obsequiar a sus amigos ¡os voy a hacer una sopa de ajo que os chupareis los dedos! Como tiene muy buenas dotes de mando organizó a todos los tíos para la compra, unos mil litros de cerveza, quinientos de vino, cien de herbero y por supuesto la pitanza necesaria para demostrar sus virtudes culinarias.....y ya se pueden imaginar quien hizo la puñetera sopita...de nuevo la menda.
 Pero no hablamos de unas condiciones normales, no, el ágape iba a tener lugar en el campo en una pequeña casita de labranza eso si muy mona, pero con un frío que se helaban hasta las piedras...."no te preocupes, una vez encendamos la chimenea entramos en calor" pero ni chimenea ni nada, con una espiral, bombona de butano y una sartén gigante de esas de preparar gazpachos, sartén que por supuesto no se sostenía sola y había que apoyar en una silla y sin poder encender la chimenea por si explotaba la bombona (hay que ver las tonterías que hace uno cuando no sabe nada de física elemental).

El proceso fue el siguiente se suponía que el churri iba a hacer la sopa con sus propios pinches, pero como casi siempre (no se porqué nos dejamos) las mujeres cortaban el pan, el chorizo, el jamón, la cebolla.....y los tíos bebían y bebían cerveza y zampaban y zampaban papas, aceitunas....diciendo cada rato ¿queréis que hagamos algo?. Mientras la menda sentada en una sillita de abuelita ( si, de esas bajitas que hay junto a las chimeneas en las que si mides más de un metro sesenta al sentarte te tocan las rodillas con la barbilla) cogiendo el mango de una sartén tan inestable como un gobierno italiano, y friendo toneladas de pan en litros de aceite (la sopa era para 18) con un olorcito a fritanga que para si quisiera cualquier churrería, y cuando llega el momento culminante de echar las quinientas cabezas de ajo (es que a mi churri le gusta muy cargadita como dice su mamá) ¡NO HABÍAN COMPRADO AJOS! ¿os lo podéis creer? ¡NO HABÍA AJOS PARA HACER SOPA DE AJO! y ahora que alguien me explique para que les sirven a estos tíos tan listos tantos masters, cursos de especialización, doctorados en el extranjero y demás si son incapaces de comprar una humilde cabeza de ajos para hacer una vulgar y simple sopa de ajo....y ahí nos ves a todos en medio del campo a chiquicientos bajo cero con un temporal en ciernes y el pueblo más cercano a veinte kms sin el elemento fundamental del día.
Pero no fue totalmente catastrófico, la menda, que como saben es muy lista y tiene muchos recursos y conocimientos campestres, salió al campo a buscar flor de ajo, si FLOR DE AJO, que por si no lo saben son unas preciosas y altas flores moradas cuya raíz es un AJO y que para casos de emergencia como el nuestro nos vino de perlas, de ajo je,je.......
 Muchas hubo que recolectar con un frío del carajo pero, finalmente logramos salvar el fuerte y la sopa pudo comerse con deleite, por todos menos por la firmante que se conformó con una endivia y un poco de pavo sin grasa asqueroso y frío.
 Lo peor de todo fueron los aplausos finales, y cuando la que escribe se disponía a levantarse para agradecer las muestras de gratitud y sonidos de placer, ni cortos ni perezosos los tíos se los brindaron al supuesto o presunto hacedor, mi churri que sin cortarse un duro y con gran caradura y cachondeo los aceptó encantado como si se hubiera desriñonado preparando la dichosa SOPA DE AJO SIN AJO....

PD: por la noche estaban casi todos hechos polvo en sus casitas con un dolor de tripa digno de Carpanta después del banquete de su vida....que se fastidien por no aplaudirme a mí.

sábado, 8 de enero de 2011

¡FELIZ CINCUENTA! en la gasolinera


El otro día estaba yo pintándome la raya, porque oigan los años no perdonan, cuando empieza a llamar gente al programa de Herrera contando despistes y olvidos y me dije, ¡esta es la mía! ahora mismo estoy llamando a contar lo que les pasó a mis amigos un nefasto puente de 1º de noviembre como consecuencia de un combinado de distracción, incomunicación y descuido.
Ahí me ven a mí en el pueblo, donde no hay casi cobertura, como una loca marcando el teléfono para contar mi historia pero, como suele ocurrir en estos caso,s no hubo manera de comunicar así que decidí contarlo en esta blogosfera (ufff!! por la palabra).
Pues bien como les digo, era el previo al puente de Todos los Santos y mi churri y yo andábamos por la cocina de casa trasteando cuando recordamos que era el cumpleaños de su gran amiga Mª Angustias ¡cumplía 50! y esa ocasión no se podía desperdiciar, había que llamar para, no solo felicitarla sino también regodearse un poco y recordarle que nosotros aún gozábamos de la cuarentena y, mi churri, que es muy socarrón, no podía dejar pasar esta oportunidad.
Así que marca raudo y veloz...
-¿Mª Angustias?....¡Felicidades! de repente calla y comienza a poner cara de poker, de asombro, de pánico y a gesticular y llamar mi atención ...
-pero ¡no puede ser lo que me estás contando! ¡no me lo puedo creer! y ¿estás sola? ¿les has llamado? ¿que no te cogen el móvil?..ja,ja,es lo mejor que he oído en mi vida, si me lo cuentan en una película no me lo creo...¡que fuerte! y cuando cuelga me cuenta:
-Me coge en teléfono la felicito y al fondo se oye una vocecita que habla como si estuviera en misa o en el cine...- oye soy yo estoy aquí en una gasolinera..
-¿cómo en una gasolinera? le dice mi churri...
-si aquí en medio de Castilla, sola y con un frío que pela
- Pero ¿que ha pasado? ...
- Déjate, iba camino del pueblo con mi padre y mi cuñado Alberto conduciendo, y hemos parado a repostar, yo como casi siempre he salido al baño y cuando he vuelto me he encontrado con que el coche no estaba, estaba sola en mitad de la noche en un descampado perdido en Castilla a más de cien km por cada lado de lugares asequibles.
¿Has llamado? ¡claro pero no me lo cogen, Alberto lo debe llevar en el abrigo que está detrás y mi padre ni lo lleva! acabo de llamar a mi hermana pero ¡no encuentro a nadie! dice con desesperación y al borde del llanto ¡imagínate, mi 50 cumpleaños y yo aquí en medio de la nada y sola!
Como no se podía aguantar, mi churri llamó a todos los amigos, ¡no sabéis lo que les ha pasado a Mª Angustias y Alberto! ¡es lo mes gran!..y así... pasan las horas y nosotros haciendo un seguimiento que ni la NASA con el Discovery cada minuto llamando, hasta que nos enteramos del desenlace y sobre todo de las causas de tamaño despiste.
Iba conduciendo Alberto junto a su suegro en el asiento delantero, MªAngustias iba detrás callada como una muerta durante más de 200 km. Cuando llegan a repostar Alberto baja y lo mismo hace su suegro, nuestra amiga se queda en el coche..pero...sólo momentáneamente y es en el momento en que ellos están dentro de la tienda, cuando se le ocurre salir al baño sin decir nada a nadie (cosa que parece que es bastante habitual para desesperación de su familia, siempre en el último minuto).
Aquellos entran en el coche miran detrás y como ven un bulto entre todos los abrigos piensan que su hija y cuñada está tan ricamente dormida.
 Alberto contaba que durante más de 200 km su suegro de vez en cuando la llamaba..Mari, Mari..ah, está dormida, decía mirando los bultos de abrigos del asiento trasero y de vez en cuando le daba conversación y, dado que ella es bastante silenciosa nadie se extrañó de que no contestara.
  Mª Angustias, que tiene más recursos de lo que aparenta, les pidió a unos chicos que la llevaran hasta donde pudieran camino del pueblo, con la esperanza de poder contactar con su cuñado Alberto y que acudiera a recogerla.
A todo esto imagínense la cara de los de la gasolinera ¡no daban crédito! ¡pobre chica! ¡y en su cincuenta cumpleaños!
 Finalmente todo se solucionó satisfactoriamente, Alberto milagrosamente bajó el volumen de la música de Marlango que escuchaba y oyó el débil sonido del móvil.....Imagínense su cara cuando desde el otro lado oye a Mª Angustias ¡Alberto que estoy aquí tirada en una gasolinera en medio del campo!
 Ella que fue bastante lista había conseguido llegar tres gasolineras más adelante (como quien adelanta tres casillas en el Monolopy) y Alberto a su vez tuvo que retroceder otras cuatro, ya casi había llegado al pueblo cuando se percató del desastre, y allí en medio de La Mancha se produjo el reencuentro feliz.
 Pero lo peor de esta anécdota, que en este caso les juro que es rigurosamente cierta, no fue el frío, la humillación de pensar que nadie te ve, tu cumpleaños gafado, fue que, como en todos los pueblos de España y del mundo, las noticias corren como la pólvora y al día siguiente la mitad de los habitantes del pueblo se acercaron a Mª Angustias con un socarrón ¿que, un cumpleaños muy divertido, no? ¿que tal La Mancha nocturna? (entiéndase aquí el doble sentido) esto es algo que nuestra amiga lleva muy mal, porque se puede soportar que no te vean, incluso que te ignoren, pero que medio pueblo y luego media ciudad sepa de tu desgracia y te haga burlita cada vez que te los cruzas
¡eso no hay quien lo aguante...!

PD: cuando salgan al baño en una gasolinera cerciorense de que lo han gritado a los cuatro vientos y que todo el público presente se ha enterado que ud. ha bajado del coche, pues si no corren el riesgo de acabar como nuestra amiga, por cierto al programa de Herrera llamó otro contando una historia similar en la que se había olvidado de ¡su mujer!. No se si los que abandonan abuelitos en verano utilizarán en adelante la excusa del despiste pero creo que esto es más habitual de lo que parece.